De esta forma, podemos dividirlos en tres grupos:
1. Polisacáridos digeribles: serían los almidones o féculas y el glucógeno.
El almidón se encuentra en los cereales, féculas (patata) y legumbres. Son la reserva energética de los vegetales. Hay almidones más digeribles que otros, dependiendo del tipo de cadena que los conformen. Esto hace que la glucosa que contienen sea absorbida más o menos rápida por el organismo lo que explica el llamado índice glucémico de los vegetales que abordaremos más adelante.
La patata es un alimento rico en fécula |
El valor energético de estos polisacáridos suele situarse en torno a las 4 kcal por gramo.
2. Polisacáridos parcialmente digeribles: pueden ser fermentados por la flora intestinal obteniendo lactato y ácidos grasos de cadena corta para ser absorbidos y metabolizados. En muchos vegetales y frutas está presente el más conocido, la inulina.
3. Polisacáridos no digeribles: son las fibras y se encuentran principalmente en los vegetales. No aportan calorías y no son absorbidas por el organismo pero son muy importantes para la salud.
Uno de los beneficios de tomarlas es que mejoran el funcionamiento del intestino grueso con lo que los residuos tóxicos del proceso digestivo son evacuados más fácilmente. Por esto es muy importante tomarlas en casos de estreñimiento. Por otro lado, también sirven como controladoras del peso ya que provocan saciedad.
En el próximo capítulo hablaremos algo más sobre las fibras y los alimentos que las contienen. No te lo pierdas!
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