Los carbohidratos monosacáridos más comunes son los que cuentan con seis átomos de carbono. Entre ellos están la glucosa, la galactosa y la fructosa.
La glucosa o dextrosa es el producto final principal de la digestión de los hidratos complejos o polisacáridos. Para metabolizar la glucosa necesitamos una hormona que se llama insulina. Hay algunos alimentos como la miel que nos aporta glucosa directamente, aunque lo normal es que ésta se encuentre en las cadenas de los disacáridos y polisacáridos.
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La Miel es un alimento rico en glucosa |
El nivel de glucosa en sangre recibe el nombre de glucemia. Los valores normales de glucosa en sangre se situan entre 60 y 110 miligramos por decilitro (medidos en ayunas) de forma que si el nivel está por debajo hablamos de una situación de hipoglucemia y si está por encima habría hiperglucemia. A las personas que tienen hiperglucemia se les llama diabéticos y normalmente necesitan una mayor administración de insulina en sangre para conseguir mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad (normoglucemia).
La fructosa no necesita de la hormona insulina para su metabolización, siempre que se ingiera en cantidades moderadas. Por ello los diabéticos pueden tomarla, siempre con moderación. Se la encuentra normalmente en la fruta y en la miel, junto con la glucosa. Es interesante saber que es la principal fuente de energía de los espermatozoides.
Por último, la galactosa es uno de los componentes del carbohidrato disacárido lactosa (se encuentra en la leche). Se sintetiza en las glándulas mamarias y se metaboliza en el hígado, donde se convierte en glucosa. Es muy importante en la dieta de los recién nacidos. También se encuentra en las legumbres junto con otros hidratos de carbono.
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